La solución de control de expendio de combustible utiliza tags RFID instalados en vehículos (alternativamente se pueden entregar tarjetas RFID a los conductores) para identificar mediante un lector conectado a una controladora si el vehículo (o conductor) está autorizado a retirar combustible y la cantidad máxima que puede retirar en el día/semana/mes. La controladora luego transmite en forma inalámbrica (UHF) el consumo al sistema de gestión de combustible, desde donde se podrán extraer los informes de consumo de los usuarios. En forma opcional, puede conectarse al CANBUS del vehículo un lector que permite transmitir a la controladora inalámbrica las distancias recorridas, lo que permite contrastar el consumo del vehículo con las cantidades de combustible entregadas, facilitando la detección de robos o pérdidas de combustible.